93. El lobo negro

Cuando entré en la habitación noté como alguien me agarraba, quise gritar pero una mano tapó mi boca, impidiéndome casi hasta respirar.... A lo lejos oí como Tails y Knuckles me llamaban y se acercaban a la puerta mientras mi secuestrador me arrastraba hasta detrás de una columna cercana, tirando mi comunicador al suelo y aplastándolo con su pie.

"Mira Knuckles, es el comunicador de Amy" Dijo Tails agachándose

"Lo que nos faltaba, el lobo suelto y Amy desaparecida"

"Tenemos que avisar a Sonic"

Tails marcó la frecuencia de Sonic en su comunicador, puesto que el mio había quedado destrozado después de aquel pisotón.

"Sonic, aquí Tails.. Responde"

"¿Tails? ¿Ocurre algo? Te noto alterado"

"Amy ha desaparecido..."

"¿Qué? ¿Como ha ocurrido eso....? Voy para ahí.. corto.."

Cuando se marcharon, el extraño me condujo hacia un hueco en la pared, de allí salimos a un túnel...

"Te voy a soltar... Prométeme que no gritarás" Dijo en un susurro

Asentí con la cabeza y él retiró suavemente su mano.. Me giré y le miré sorprendida..

"¿Shadow...? ¿Qué haces aquí?"

"Lo mismo que tú... busco respuestas"

"¿Y porque me separaste del grupo? Podías haber venido con nosotros" Dije

"Sabes que no... Además tenía que protegerte.."

"¿Protegerme?"

"Si... Como sabrás, hay un lobo suelto, un lobo que solo ataca a erizos y tú eres su próxima víctima..."

"¿Eso significa que tú...?" Pregunté temblorosa

Le miré de arriba a abajo, descubriendo aquella blanca venda en su brazo izquierdo... Me tapó la boca antes de que pudiese gritar.

"Escuchame... Si el lobo te muerde estaremos perdidos... ¿Recuerdas aquel amuleto que Eggman nos mandó traer?" Dijo quitando la mano

"Si..."

"Usa su poder para controlar al lobo y que este extensa su maldición, si te muerde no habrá quien le detenga ya que nos controlará a su antojo..."

"¿Como sabes todo eso?"

"No hay tiempo para preguntas, tenemos que encontrar el colgante y destruirlo.."

"Shadow... no tardará en anochecer..."

"Lo se... conmigo estás a salvo, no muerdo" Dijo irónico

A decir verdad, la broma no me tranquilizó demasiado... un enorme lobo venía a por mi y mi acompañante no tardaría en convertirse en uno... ¿Quien garantizaba que no me devoraría? Ya había intentado matarme una vez...