230. Extrañas condiciones

El guardia me llevó al despacho desde el que habíamos caído, casi al instante dos gatas de raza siamesa vinieron a buscarme...

"Has de venir con nosotras" Dijo una con una leve sonrisa

"¿A donde?" Pregunté desconfiada

"Para la cena de esta noche el amo ha ordenado que la arreglemos. Ha dicho que de no aceptar sus condiciones no le dará la información" Dijo la otra


No tenía más remedio que acceder, necesitaba saber la verdad, fuese como fuese... Las seguí hasta una especie de termas romanas, allí me ayudaron a quitarme la ropa y me di un baño de burbujas mientras lavaban mi pelo. Al salir me envolvieron en un albornoz y me peinaron y maquillaron. Me puse un vestido largo, muy parecido al de mi madre, en tonos dorados y verdes, con zapatos dorados. Después me acompañaron al comedor y me dejaron sola... allí estaba Amigo...

"Digna ropa para alguien como vos..." Dijo

"¿A qué viene todo esto?" Pregunté molesta

"Todo a su tiempo.. primero cenemos algo, seguro estaréis hambrienta"


Nos sentamos en la larga mesa, uno en cada extremo. Cenamos en silencio mientras los temerosos criados servían tratando de hacer el menor ruido posible...

"¿Bailamos?" Propuso al terminar